DE LAS RELACIONES ¡No temas, oh hombre de Dios! ¡La Palabra de Dios no pretende (ni tampoco yo) enviarte a una búsqueda cuestionable para ponerte en contacto con tu llamado lado femenino! Por otro lado, tampoco puedo irme tan lejos como para decir, “Estás bien—yo estoy bien.” Yo sí creo que nuestra sociedad y la iglesia están en gran dificultad en lo que se refiere a nuestras relaciones. Dado el corazón del hombre, el estado de nuestra sociedad, y la
Pages 41–42